domingo, 6 de marzo de 2011

Poner bisagras. Colocar tapa de horno solar. revestimiento interior del horno solar. Burlette para horno solar.


HORNO SOLAR. PONIENDO LAS BISAGRAS DE LA TAPA



Antes de empezar, os recuerdo que podéis ver el post resumen de todo el proceso.


Las bisagras es otro asunto que parece muy sencillo y que apenas es mencionado en los programas de bricolaje…Pero que después es algo que puede complicarse enormemente.


Evidentemente, lo primero es escoger el lado donde van a ir las bisagras.


En principio parece una tontería, pero no lo es en absoluto, porque se trata de un horno 30/60 que ha de ponerse en una posición u otra según la época del año.


Por tanto, en invierno se abrirá hacia un lado y en verano hacia el lado opuesto.


Yo he escogido como parte para las bisagras la parte inferior de la posición de verano.


Así en la posición de invierno, que la tapa está más vertical, quedan las bisagras arriba e impedirá que pueda abrirse accidentalmente.


Seguidamente, hemos de plantear el marco sobre el horno para buscar la mejor posición.

Puede haber algún ligero descuadre –en el horno o la tapa- y es el momento de buscar la posición más buena y hacer una marca con lápiz para no equivocarnos.


Hay varias formas de poner las bisagras.

Normalmente las bisagras se ponen haciendo una caja en ambos lados -marco y puerta-, de modo que queda embutida y las dos partes –tapa y borde de la caja- quedan perfectamente unidas.



Otra forma menos buena sería simplemente atornillando las bisagras sin cajear.


De hecho, como voy a poner un burlete entre la tapa y el borde del horno, no me interesa que quede muy junto, al contrario, necesito cierta separación para lograr que el burlete quede bien.


Una forma muy buena de poner las bisagras es marcando una línea perfectamente paralela al borde del horno y sobre el borde trasero de éste.

Si la tapa está ligeramente descuadrada, podemos jugar ahora moviendo medio milímetro la línea hacia delante o detrás para lograr que al poner las bisagras se corrija el defecto o que no sea tan evidente.

Basta estudiar la posición de la tapa sobre el horno para ver hacia donde debe estar desplazada… aunque por supuesto, lo suyo es no tener que hacer ninguna corrección por estar todo bien escuadrado.

Hacemos otra línea, totalmente paralela al borde del marco o tapa –aunque hayamos realizado alguna corrección en la otra realizada en el horno- y ya podemos empezar a marcar los orificios. Podemos usar un destornillador eléctrico con una broca muy fina para hacer unos orificios en el lugar exacto y bien derechos.


Atornillamos en un lado todas las bisagras y después en el otro. Es buena cosa poner primero las de los extremos colocando solo un tornillo en cada una, y observamos el acabado. Así siempre podemos variar ligeramente las perforaciones de las bisagras intermedias para lograr corregir la posición.


Yo lo he hecho aún más sencillo: he puesto la bisagra apoyada en el lugar donde va a ir en el horno y abierta de modo que se apoye en la pared del horno. De este modo quedarán todas perfectamente alineadas.



Marcamos con el punzón el centro de cada orificio y hacemos un pequeño taladro-guía. Se pone el tornillo y seguimos con otra bisagra.


Para poner la tapa, la calzamos con restos de madera para que se mantenga en su posición definitiva.


Ponemos dos tornillos de los extremos y cerramos la tapa para ver si está bien la alineación de la tapa respecto al horno.


Si es así, seguimos poniendo los demás tornillos.


Si no, ponemos los demás tornillos con un poco de distancia, según la corrección que queramos hacer y antes de terminar de atornillarlo, aflojamos el que haya que corregir. Así quedará en su posición correcta y exacta.


No obstante, ya puestas las bisagras y viendo que la tapa queda muy sólida y alineada con el horno, he descubierto que la separación que queda entre la tapa y el horno por la zona de las bisagras es excesiva.


Tengo dos posibilidades: poner un burlete más grueso que rellene la separación o bien hacer un cajeado que embuta ligeramente las bisagras y así la tapa quede más pegada.


Como para mí esto se trata de un hobby y no me preocupa en absoluto emplear un rato extra, he sacado mis formones y me dispongo a hacer un cajeado en el borde horno (de momento no voy a tocar las bisagras del lado de la tapa) y así lograr un mejor acabado.



Puede parecer complicado, pero si lo hacéis como yo, veréis que es sencillo: con las bisagras puestas, vamos marcando con el formón y ligeros golpes de maza o martillo todo el borde de la bisagra –repito, por la parte del horno, no de la tapa- Por supuesto, el formón va en este caso con la parte plana hacia la bisagra, pues solo estamos marcando el corte.



Seguidamente, ya podemos quitar los tornillos que fijan las bisagras a ese lado y para marcar la profundidad y que queden todas parejas, fijamos con dos pinzas una regla. Marcamos con lápiz en la zona de las bisagras y así tenemos una referencia de la profundidad que hemos de darle al cajeado.



Profundizamos el contorno de cada bisagra, esta vez con la parte plana del formón hacia la zona que queremos dejar intacta y la zona biselada hacia lo que queremos quitar. Y vamos retirando el exceso de madera con el lado plano del formón hacia arriba.


Es muy, muy importante que siempre que profundicemos en el contorno, el formón esté bien perpendicular a la madera y que vayamos rebajando uniformemente y siempre de forma paralela a la superficie inicial.


Podemos pasar el filo y el canto del formón para lograr retirar las fibras que sobresalgan. Además como el filo y el lateral del formón están en ángulo recto, nos permitirá un buen acabado.



Solo queda ya ir dando ligeros repasos para que queden todos los huecos iguales y hasta podemos poner una bisagra para ver que entra bien en cada uno.


No os entusiasméis rebajando la madera porque si dejáis las bisagras demasiado embutidas, la tapa no cerrará bien, no encajará el lado opuesto a la bisagra.


Si os ocurriera esto, no queda otra que rellenar un poco los cajeados con unas láminas delgadas de madera, chapón fino, etc. Que podéis recortar con el formón.


Y, por supuesto, volver a hacer los orificios. De hecho es preferible que antes de pegar las maderas de relleno, los tapéis.


Pero si habéis profundizado sólo lo justo, no tendréis que tocar los orificios, a no ser que hayáis hecho los taladros con cierta desviación. No coincidirán y deberemos tapar los orificios como os enseñé: metiendo palitos a presión untados en cola blanca.


Al día siguiente, podemos repasar con el formón si sobresale algún palito. Lo usaremos como si el filo fuese un cuchillo o un cúter. Es importante tener las herramientas bien afiladas.


Finalmente, he pintado los cajeados para evitar que por ahí se pueda colar humedad y estropearnos el trabajo.



Una vez bien colocadas las bisagras y con los tornillos adecuadamente apretados (cuando notemos que empieza a ponerse duro, damos un cuarto de vuelta de apriete más y lo dejamos así, o de lo contrario, podemos pasarlo de rosca), podemos poner el burlete por todo el borde de la tapa o del borde del horno, lo que os guste más.



Para poner el burlete es importante que nos fijemos muy bien en la forma de hacer los empalmes: yo corto en bisel el principio de la goma de modo que al presionar la tapa contra el borde del horno, esta forma hace que quede sellado. Si hacemos el corte recto, posiblemente al presionarse tienda a abrirse en las uniones.



Eso para el inicio y el fin del burlete que lo he hecho coincidir con una esquina. Para las demás esquinas evitaremos cortarlo completamente, pues eso haría que aumentase el riesgo de que hubiera escapes de calor… Así que con unas tijeras corto un pico –por la parte que quedará hacia dentro- sin llegar cortar del todo el burlete. Sería como recortar un triángulo.


Así tiene suficiente flexibilidad el burlete para quedar bien plano y pegado y al no estar cortado del todo, mantiene la unión estanca.


Cuando lleguemos al final, montaremos ligeramente el final del burlete con el principio que habíamos cortado en bisel. Asi tampoco abultará demasiado y queda muy hermético, ya que al cerrar la tapa presionará los dos extremos uno contra el otro.


En los demás ángulos, si no los recortáramos como he hecho, quedaría muy basto, muy abultado y correríamos el riesgo que esas zonas impidan que las demás zonas del burlete queden en contacto con el horno y la tapa.




Para el revestimiento interno, que ya sabéis que es papel de cocina aluminizado, aplicamos una capa de cola blanca diluida y sobre ella ponemos bien estirado el papel de aluminio.

Por supuesto, con la cara brillante hacia fuera.



Podemos presionar con un paño.

No importa si queda alguna arruga.


Si tenemos que superponer el papel o si se nos rompe una parte y no queremos sustituirlo entero, podemos ponerle un poco de cola blanca muy diluida y presionar por los bordes. Quedará perfecto.



Para cortar el sobrante de los bordes, bastará pasar un cúter afilado muy cerca del borde. Asi se cortará el papel de aluminio sin romperse.


Y con esto ya vamos viendo poco a poco el resultado de nuestro trabajo.


Nos queda poner el reflector principal que hará de tapa protectora del cristal. Y algunos detalles. También es recomendable hacer un reflector secundario que garantice una potencia adecuada en pleno invierno. Y el soporte que nos permitirá colocar el horno sobre la barandilla.

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