martes, 12 de febrero de 2013

Reparar churrera. Trucos para hacer los mejores churros. doblar PVC. pvc molding. Repair fritter seller. Congelar churros



REPARAR CHURRERA

 
Amig@s: Ya os comenté mi afición a hacer churros los domingos por la mañana… le hemos cogido el tranquillo y no tienen nada que envidiar a los que podemos comprar congelados e incluso los comprados en las churrerías… he descubierto un par de trucos que os comentaré al final… 

 

Pero primero tenemos que resolver un problemilla: tras uno o dos usos, casi estrenándola y en pleno proceso de elaboración de los churros, se me ocurrió dejar la churrera llena de masa y vertical sobre la encimera. 
Un descuido… y cayó al suelo con tan mala fortuna que se dio en la rosca. Esta pieza se hizo añicos.

 
Le di una solución provisional colocando la pieza en su sitio, pegando las distintas partes y revistiéndola con hilo fuerte, tipo Perlé, y poniéndole pegamento para ligarlo todo y hacerlo una pieza. 

 

Finalmente, lo cubrí con cinta americana para reforzar y embellecer… Aún así, tenía una rendija por la que escapaba la masa amenazando con terminar de romper esta anilla roscada. 

Cada vez que hacía churros tenía que meterle bajo la anilla y la placa que da forma a los churros un trozo de lámina de plástico de cocina para evitar ese escape… Pero era molesto y provisional.

Ha llegado el momento de tomar una decisión: la reparamos o la tiramos y compramos otra, que, para qué engañarnos, no cuesta más que 5 ó 6€. Me da pena tirarla porque me la regalaron y –salvo por la parte rota- va de maravilla. Así que vamos a intentar repararla, que si no queda bien, siempre hay tiempo de tirarla.


Tras varias opciones me he decantado por hacerle una caperuza de PVC, material con el que está fabricada la churrera. Quedará subsanada la avería y quedará hasta más fuerte que cuando la empezamos a usar.

El PVC no es un material desconocido. Ya he hecho algunas cosas de fontanería con él. Pero también otras cosas totalmente diferentes para lo que fue diseñado. Por ejemplo, el soporte de linterna que hice para la bici.
Es un material que es muy maleable cuando está caliente y al endurecer queda tan duro y rígido como antes de calentarlo. 
Empecemos con los preparativos: 
Hacemos una base reflectora. Con un cartón y papel de aluminio que lo cubra, ya tenemos una bandeja que hará que el calor sea absorbido mejor por el pvc.

Buscamos un trozo de PVC. He usado un resto de tubo de PVC que me sobró de montar un extractor de gases en una cocina. 

Es un PVC delgado. Perfecto porque será más maleable y dará la suficiente robustez. Uno más grueso podría habernos valido también, pero costaría más calentarlo y darle la forma.


Sigamos: para lograr que se amolde bien a las curvas de la rosca de la churrera, voy a hacer una anilla que ajuste el PVC ablandado a esa forma. 

Como no encuentro una abrazadera del tamaño adecuado, empalmo dos. Basta sacar los extremos de los aros aflojando los tornillos y meter cada uno en la cabeza de la otra. 

Dejamos la abrazadera con holgura con vistas a ajustarla posteriormente. Si no entendéis bien lo que pretendo hacer, no pasa nada, luego lo veréis cuando emplee la abrazadera.

 
También retiramos la cinta americana que pusimos en la rosca de la churrera. Pero voy a dejar el hilo, que ha quedado muy fuerte y aportará resistencia. Si lo quitásemos… probablemente la rosca antigua no aguantaría y se nos desharía en el proceso, complicándose todo el asunto.

Retiramos la placa que da forma a los churros para evitar que pueda deformarse y volvemos a montar la rosca sin apretar a tope.

 
Ahora preparamos el tubo de PVC. Con una escuadra y un rotulador, marcamos la línea de corte en sentido longitudinal, pues lo primero es abrirlo. 

 

Podemos usar una segueta o sierra para metal. 

Mi Leatherman, armada con una sierra de madera de dientes finos o una hoja para metal, funciona de maravilla y cortamos en un momento la pieza. 

Marcamos otra línea para conseguir una pieza más o menos cuadrada y así eliminar de primera hora lo que nos sobra y no tener que calentar todo el tubo de PVC abierto. Cortamos y listo. 

Si nos equivocásemos o estropeásemos esta pieza cuadrada, tenemos todavía de sobra para hacer más intentos con lo que hemos separado.

 
Ponemos el cuadrado de PVC que hemos cortado sobre la bandeja y aplicamos la pistola de aire caliente. 

 

Se ablanda en un instante y ya podemos colocarlo sobre la rosca. 

 

Vemos que coge bien la forma, pero quedan unos pliegues difíciles de moldear. Es como cuando ponemos un mantel de tela en una mesa redonda: la falda queda con pliegues. 

 

Para eso hemos hecho la arandela: la metemos y damos un ligero apriete.
Como el pvc es delgado, se calienta rápidamente…Pero también se enfría deprisa y la arandela está fría. Así que mejor no forzarlo y aplicar calor con cuidado de no darle a la churrera, o la dejaríamos inutilizada.

Hemos de calentar la abrazadera, y las zonas aledañas de PVC. Por suerte, también se calienta enseguida y podemos ir empujando la abrazadera hacia abajo -¡Ojo, usad unos guantes fuertes que os aíslen del calor!- hasta que quede enrasada con la superficie de la churrera. 

 

Damos un ligero apretón a la abrazadera y examinamos el resultado.

 
En mi caso, voy a  calentar una vez más, pues quiero que la abrazadera y el pvc que hemos puesto queden a ras de la base de la rosca. 

Sin problemas: aflojamos ligeramente la abrazadera y volvemos a calentar como antes. Bajamos un poco la abrazadera, ya hasta su lugar definitivo, y apretamos. 


Hay que tener cuidado con el apriete, pues la abrazadera hace muchísima fuerza y corremos el riesgo de romper la boca de la churrera. Hay que hacerlo con cabeza y apretar lo justo para amoldar el PVC, pero sin romper lo que hay debajo. 


Una vez enfriado el PVC y la abrazadera, podemos aflojar los tornillos ligeramente y reapretarlos para que tenga la tensión justa.

 
Vemos que se puede abrir la rosca, aunque se nota un poco más dura.

 
Vamos a retirar el exceso de PVC. Vuelvo a coger la Leatherman Surge y con la hoja de sierra para metal -una sierra para metal o una segueta harían la misma función- y un poco de cuidado voy retirando las rebabas y salientes a ras de la abrazadera. 

 

Es muy sencillo. 

Podemos también hacerlo con esta pieza retirada de la churrera y así minimizamos riesgos de dañarla, pero así también nos sirve la misma churrera de agarre. Y si tenemos cuidado, no nos pasaremos. 

Podemos dar un repaso con la lima. De momento, lo dejo así y paso a la siguiente fase: 


tenemos una estupenda caperuza… pero es cerrada y necesitamos abrirla para que los churros puedan salir por el orificio. Además, la churrera tiene otras bocas tipo pastelería que también se pueden usar. Para ello hay que cortar el PVC a ras del orificio de la pieza original, la que se rompió.
Pensaba usar una broca de corona, pero me parece un tanto arriesgado, pues podemos desviarnos un poco y estropear la pieza. 


También podemos hacer muchos agujeros con un taladro… Pero al hacer un orificio con el punzón de la Surge, veo que salen muy bien y con suma facilidad: apoyamos el punzón, lo giramos mientras aplicamos un poco de presión… y enseguida tenemos un orificio perfecto. 

 

Con una arandela grande marco un círculo que nos dé la posición aproximada de los límites del orificio... 

 

y hacemos agujeros en su interior.

 
Con la hoja de corte dentada (curiosamente me ha venido mejor que la hoja de corte recta para esta tarea) Corto las zonas entre los agujeros, y ya tenemos un orificio hecho bastante grande y en muy poco tiempo. 

El siguiente paso pensaba hacerlo con una lima para rebajar el exceso y emparejar… 

 

Pero nuevamente la hoja dentada de la multiherramienta nos da un resultado bastante bueno cortando finas lonchas y permitiéndonos aproximarnos con facilidad hasta la pieza roja, la que se había roto. 

 

Pronto queda el orificio de la pieza de PVC enrasado con la pieza original. 

 
Sólo queda desenroscar la boca, ponerle nuevamente la placa para los churros, la que tiene un agujero en forma de estrella, y empezar a usarla, el trabajo está terminado.

No obstante, voy a retirar la abrazadera metálica, pues aunque garantiza una enorme resistencia, también es cierto que es un elemento extraño que resulta poco estético, poco higiénico y a la larga puede darnos problemas al oxidarse.

 
De modo que procedemos a retirar la abrazadera y veo que la pieza que hemos hecho se ha quedado completamente fija a la de debajo. Pensaba retirarla y volverla a fijar con pegamento epoxi o similar… pero no es necesario. 


Sí que voy a reforzarla –aunque no sea imprescindible- para garantizar que no tengamos que volver a repetir el proceso en el futuro. 


Así que pongo pegamento, doy unas cuantas vueltas apretadas con hilo para perlé, muy fuerte, y coloco más pegamento encima para que lo haga todo una pieza. Finalmente, pongo un poco de cinta de teflón mayormente por razones estéticas. Otra opción hubiera sido calentar una rodaja de tubo de PVC de 50mm, agrandarlo hasta que entrara muy justo, y meterlo a presión con pegamento… Pero ya digo, con la pieza que hemos hecho es suficiente.



Y, finalmente, el truco que os dije para mejorar el sabor de los churros: añadirle a la masa un par de cucharadas de azúcar. Así aunque un churro se quede sin azúcar tras rociarlos una vez hechos, tendrá un poco de sabor.
Y otro truco: cuando pongáis el aceite a calentar, poned en él un trozo de corteza de limón. Éste quitará el sabor a aceite –ya sea nuevo o refrito- y dará un gusto excelente a los churros. 
Yo suelo freír el mismo trozo de corteza que suelo añadir al agua y la leche que uso para hacer la masa. Una vez retirada la cáscara de limón de la masa, la frío en el aceite.
También un poco de mantequilla ¡Ojo, mantequilla natural… no esa cosa que llaman margarina y que es todo química, artificial! (quizá ya hable de ello en alguna ocasión) en la masa contribuye a darle un toque diferente de sabor.
¡Ah, y otra cosa! Si os pasáis en las cantidades y hacéis churros de más, siempre podéis esperar que se enfríen, meterlos en el congelador y posteriormente pasarlos a una bolsa. Se conservarán bastante bien y en la siguiente ocasión que os apetezca comer churros, no tendréis ni que preparar masa: basta sacarlos del congelador y freírlos directamente.


Espero que este post os sea de utilidad… Aunque no tengáis la churrera rota, puede que os sea aplicable a otro tipo de reparación. 

Y aunque parezca que no merece la pena el trabajo para un objeto de tan poco precio, lo cierto es que ha acabado más fuerte que al principio y no ha llevado tampoco mucho tiempo ni trabajo. Y el coste ha sido un resto de PVC practicamente inservible, un poco de pegamento y un trozo de hilo. 
Y lo que sí que no tiene precio es la satisfacción de haber reparado nuestra querida churrera con nuestras propias manos.


De todos modos, pronto os mostraré la forma de hacer una churrera económica y mucho más funcional que ésta… Haréis los churros sin esfuerzo alguno y rápidamente ¡Os espero!

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2 comentarios:

  1. Holaaaaaaa!!!

    He leído éste,tu post,ya el otro día pero faltaba la conexión(como casi siempre)y ni pude comentarte,ni compartirlo,ni nada de nada.

    Lo cierto es que a veces decimos que algo es baratito pero a otros nos sirve de mucho saber arreglar las cosillas y especialmente,si es algo que ya tiene un valor afectivo.

    En mi casa se comen churros por,obra y gracia,de mi marido y si te dijera que yo nunca los he hecho.Así que como tuviera que hacerlos tendría que mirar una receta o que él me fuera diciendo.Ya le comentaré lo que dices del limón,nunca le vi hacerlo por lo que pienso que no lo sabe.

    Un besito y eso que se te podrá decir:
    ¡Hala,vete a freir churros!jejejeje

    Mk

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    1. Je, je, je... Pues no sabía que Jorge hiciera churros.... Me vas a tener que pasar su receta... Igual tiene también algún truco en la manga... ¡O en la churrera! Je, je, je.
      En serio, me encanta que te guste la entrada... Y en breve publicaré el post de la churrera económica ¡Seguro que te gustará!
      Besos

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