martes, 17 de junio de 2014

Reparar flexo. Flexo halógeno. Cambio de bombilla de flexo. Repair flexo. Flexo halogen. Change halogen bulb. Réparation flexo. Flexo halogène. Changer l'ampoule halogène.



Reparación de flexo halógeno


Hace tiempo que tengo este pequeño flexo halógeno. 
Me gusta mucho porque tiene unas varillas telescópicas que permiten que la luz llegue a la distancia que precisemos, así como poder orientarlo perfectamente. 
Consume relativamente poco y da muy buena luz. Cuando no se está usando, se pliegan las varillas telescópicas, ocupando muy poco sitio. 


Para mí, es el elemento indispensable para usar con mi libro electrónico, aunque también me ha servido en innumerables reparaciones caseras.


Pero hace unos días, dejó de funcionar. Fue a consecuencia de un pequeño golpe que se produjo. Es bueno que los perrillos jueguen… pero a veces pasan estas cosas, je, je, je.


Aparentemente, el flexo está bien, no presenta desperfectos visibles. Pero no se enciende la luz.


Lo primero que pensé es que la bombilla se podría haber fundido. Aún conserva instalada la original, de modo que no sería nada sorprendente que haya terminado su vida útil. Si a vuestro flexo se le ha fundido la bombilla, este post puede serviros también como guía para sustituirla.


Para esta operación, examinamos la parte inferior de la zona de la bombilla. Vemos que hay un cristal que tenemos que retirar para poder acceder a ella.

Para retirarlo, basta aflojar ligeramente los tres tornillos que el cristal tiene alrededor y desplazar las pestañas que éstos sujetan. 


No es necesario retirar por completo los tornillos, basta media vuelta para poder apartar las patillas y dejar el cristal suelto.


Una vez retirado éste, podemos sacar la bombilla tirando de ella. Vemos que tiene dos alambritos que se introducen directamente en los contactos y queda fijada por presión de éstos.


Pero al sustituir la bombilla, sigue sin funcionar. Tendremos que profundizar un poco más.

Retiré la carcasa inferior de la base desatornillando los cuatro tornillos que lleva. 

 
Aunque poco podemos hacer aquí, salvo mirar que todos los contactos están bien sujetos y no haya ningún cable flojo. 


A no ser que veamos algo suelto, lo único que puede fallar aquí es el transformador… e imagino que ni tiene arreglo (bueno, supongo que sí, pero otra cosa es que merezca la pena repararlo), ni es rentable sustituirlo, salvo que nuestro flexo sea realmente una pieza valiosa, que no es el caso.


Así que volvemos a cerrar y volvemos a comprobar que sigue sin funcionar. A veces un contacto parece estar bien, pero basta un mínimo movimiento para que vuelva a hacer su función.


Los que no seáis asiduos a mi blog, os extrañaréis del extraño destornillador que he estado usando, y usaré a lo largo del post, para retirar y colocar los tornillos… 

 
Es simplemente una de mis multiherramientas, una Leatherman, más concretamente, la Surge. Por supuesto, podéis usar destornilladores convencionales, pinzas y/o alicates de punta fina. Yo, como siempre tengo a mano estas prácticas herramientas, lo hago casi todo con ellas y no tengo ni que ponerme a rebuscar en mi caja de herramientas.


Ya sólo queda examinar más a fondo la pieza donde está la bombilla, en la parte superior del flexo.


Agitándola, noto algo que se mueve dentro… ummmmm, esto ya es otra cosa.
Retiro completamente los tornillos que fijan el cristal, con cuidado de no perderlos ni tampoco las patillas, que ahora vemos que son unas arandelas muy alargadas en un borde.
Asimismo, retiro otros dos tornillos que hay entre los soportes telescópicos.

Ahora todo queda desmontado y vemos claramente los hilos que van de los soportes al casquillo de la bombilla.

Parecen bien sujetos, 
 

Pero lo que está flojo es el soporte de la bombilla donde éste se une al reflector del flexo. Está fijado por dos tornillos con tuerca y se aprecia que uno está completamente flojo.
Los reapretamos usando los finos alicates de la multiherramienta para sujetar la tuerca mientras atornillamos por el lado opuesto.


Para que quede montado bien (son varias piezas que tienen que quedar alineadas y con los orificios de los tornillos también alineados), apunto un par de tornillos de los que sujetaban el cristal, pero sin ponerles aún las patillas. 


Así queda marcada su posición para colocar los tornillos que hay entre los soportes telescópicos. 


Una vez atornillados estos tornillos, podemos poner ya uno de los que sujetan el cristal con su correspondiente patilla. Retiramos otro y lo montamos con su patilla y finalmente, el tercero. 

Ponemos la bombilla y el cristal y damos un ligero apriete para que las patillas no se muevan accidentalmente. 
 
Los finos alicates de mi multiherramienta me permiten sujetar estas pequeñas piezas a modo de pinzas, pudiendo así colocarlas fácilmente.

Ahora el flexo funciona perfectamente. Se ve que los tornillos flojos no permitían hacer contacto y no llegaba la electricidad a la bombilla.

Aunque es una “reparación” un tanto dudosa, pues no he reparado nada en realidad, lo cierto es que he logrado que vuelva a funcionar. Y si tenéis uno de estos flexos y no sabéis cómo sustituir la bombilla, también os vendrá bien. 

Y si deja de funcionar, poco cuesta retirar unos tornillos y reapretar los contactos y demás tornillos. Interiores. Al menos a mí, me ha resultado.


Ah, y por supuesto, para cualquier operación que realicéis en el flexo, aunque sea el simple cambio de bombilla, no olvidéis desenchufarlo antes. Parece tontería pero a veces los accidentes domésticos ocurren por descuidos así. Trabajemos con tranquilidad y estemos pendientes de detalles como mantener el flexo desconectado de la corriente.



miércoles, 4 de junio de 2014

Reparación y mantenimiento de persiana. Montaje de persiana. Cambio de cinta de persiana. Repair and maintenance of blind 2. Mounting blind. Change ribbon shade. Réparation et entretien de blind de montage 2.. Changer rubanombre.



Reparación y mantenimiento de persiana. Parte 2

 
Ya vimos que mi persiana necesitaba mantenimiento. La cinta estaba gastada y rota. Y, sobre la marcha, vimos que tenía alguna pieza rota, como el volante. 

En el anterior post, dejamos secando la persiana y la tapa del tambucho tras lavarlos, y nos disponíamos a comprar un volante nuevo…



Una vez comprado el volante -idéntico, pero de color negro-, lo insertamos en el tambor a presión.



Basta introducir el saliente del eje del volante en el interior del tambor. Entra justo, pero sin dificultad.



Le colocamos la cinta nueva... 


sin olvidar echarle un buen nudo, y ya podemos colocarlo en su sitio. 

Para poner la cinta, metemos un extremo en su ranura correspondiente del volante y hacemos un nudo en dicho extremo. Hay que procurar que éste quede dentro del volante para que no estorbe al movimiento del mismo.


La nueva cinta, por cierto, es ligeramente más estrecha que la original, y el volante es exactamente del mismo tamaño, con lo que no volveremos a tener el problema de que la cinta presione el interior del volante y lo rompa.



 
El proceso de montaje es exactamente igual que el de desmontaje, pero a la inversa: colocamos el tambor con la parte opuesta al volante introducida en su hueco y presionamos ligeramente hasta que tenga sitio para entrar todo el tambor. 


Hay que tener cuidado con la chapa que estaba atornillada –olvidé decirlo antes-. Debe estar inclinada y en la posición correcta para permitir que se pueda retirar (o poner, en este caso) el tambor. 
Una vez metido el tambor, ya no podremos mover la chapa, pues va muy justa. De ahí que la orientemos antes de introducirlo. 


Seguidamente, procedemos a atornillar nuevamente la chapa con nuestra Leatherman.


Una vez en su lugar, ya podemos enrollar la cinta en el volante. 

Al estar éste sin fijar a la persiana, gira libremente.



Previamente, habremos medido la cinta nueva con la vieja, para facilitar el proceso. Si la cinta vieja se había partido, podemos juntar los dos trozos para la medición.




Dejamos un trozo de cinta fuera del tambor, de modo que cuelgue hasta el enrolla-cinta (la pieza situada en la parte inferior de la ventana). Y podemos proceder a meter la persiana de nuevo. Si os resulta más sencillo, podemos meter la persiana antes de colocar el tambor. Como os venga mejor.



Es buena ocasión para hacer otra cosa: si tenéis alguna lama de la persiana rota, gastada, perforada… bastará que la retiréis y la pongáis la primera, ya que en ese sitio no se va a ver al quedar siempre dentro del tambucho.


En mi caso, los topes venían atornillados en la primera lama en vez de en la pieza de remate de aluminio que hay bajo aquella, con lo que con el tiempo, los topes se estaban desalineando y se veían torcidos, ya que las lamas no son demasiado fuertes para este uso.



Así que voy a perforar los remates de aluminio para colocar en ellos los topes y voy a poner las lamas perforadas al principio. Es sumamente sencillo, basta desplazar la lama lateralmente para sacarla (foto inicial) y se introduce del mismo modo. 


Las cintas de plástico o tirantes que fijan la primera lama al tambor también se pueden retirar o poner desplazándolas por las ranuras de la primera lama. De modo que son intercambiables.


Señalamos cuidadosamente el lugar donde vamos a colocar los topes en la pieza de aluminio. 


Podemos fijarnos dónde estaban puestos en la primera lama para señalar con un lápiz la ubicación de los orificios en el remate de aluminio. 


Empezamos a perforar con un taladro armado con una broca muy fina, que nos garantizará una mayor precisión, y seguidamente, la broca definitiva. 


Comprobamos que el tornillo entra con suavidad, pero sin holguras excesivas. Lo dejamos quitado. 


Ya podemos colocar esta pieza de remate ensamblada en el conjunto de la persiana.

Seguidamente, metemos la persiana por el tambucho haciendo que  se descuelgue por sus guías laterales. Hay que ir ajustando las lamas por los laterales para que vaya deslizando bien sin atascarse.


Fijamos los tirantes o enganches de la persiana al tambor, teniendo cuidado que queden simétricos. Así tirarán por igual los dos y evitaremos roces y desalineamientos indeseados. 

Ya podemos colocar definitivamente los topes en los nuevos orificios que le hemos hecho. 
 
Nuevamente, nuestra multiherramienta nos permite hacerlo rápidamente: basta sujetar el tornillo y girar el tope hasta que se note ligeramente apretado.

Comprobamos que la persiana sube y baja correctamente al tirar de la cinta y ya podemos poner la tapa del tambucho. 


Se coloca en su lugar, encajando la ranura superior, se le da un golpecito de gracia con la mano por la parte inferior… y ya tenemos esta parte terminada.



La otra parte del proceso ya la vimos cuando os dije cómo tensar la cinta de la persiana, de modo que no me extenderé mucho.
 


Para abrir el mecanismo hay que tirar del embellecedor. 


En mi caso, le tenía puestos un par de tornillos de seguridad para evitar que los niños accedan al mecanismo. Nuevamente, hago uso del destornillador de mi multiherramienta


Basta tirar para extraer la tapa.



Entonces retiramos la cinta que hay enrollada y metemos la cinta nueva por el mecanismo de freno. 


Facilita mucho el trabajo si os fijáis cómo está metida la cinta vieja antes de retirarla. 


En mi caso se introduce bajo una lengüeta y se pasa sobre un rodillo que hay tras ella. De modo que al tirar la cinta de la lengüeta hacia arriba (por la tensión creada por el mismo peso de la persiana), la lengüeta tiende a subir y por la parte inferior baja, presionando la cinta contra el rodillo. Deja la cinta atrapada.


Se saca toda la cinta por abajo y hacemos una ranura u ojal a un par de centímetros del extremo de la cinta con la cuchilla de mi Supertool300 (o un cúter en su defecto), para poder engancharla al rodillo más adelante. 


Seguidamente, procedemos a tensar el muelle. Para lo cual vamos girando el rodillo y sujetándolo tras cada movimiento.
Sin soltar ¡¡¡Mucho cuidado, que como se suelte, lleva bastante fuerza y os puede lesionar!!! 


Enganchamos el principio de la cinta por el ojal que le hicimos en el saliente del rodillo y vamos soltando ésta mientras frenamos el rodillo para que vaya recogiendo despacio y cuidamos que la cinta se enrolle correctamente, sin salirse por los lados.


Comprobamos que la tensión final es correcta: debe quedar la cinta tensa, recogiéndola hasta el final cuando subimos la persiana. 
Pero sin que llegue a tener tanta tensión como para que no queden orificios abiertos en la persiana al cerrarla. 
Ésta debe cerrar por completo.

 
Montamos y cerramos la tapa del mecanismo… ¡Y trabajo terminado! 


Es algo laborioso, pero es sencillo y muy eficaz. 


En mi caso, la persiana ha durado unos diez años sin mantenimiento… y su análoga de la misma habitación, todavía aguanta perfectamente sin sustituirle la cinta. 


Realmente merece la pena dedicarle un rato a su mantenimiento y/o reparación.


Es un trabajo muy económico y nos permitirá regular perfectamente la luz de la habitación, pues deja el cuarto totalmente a oscuras.


Ah, olvidaba decir también que le he hecho otra mejora. La persiana dejaba un pequeño resquicio en la parte inferior, donde se juntaba con el poyete. 

Es muy sencillo meterle una pieza que es una goma que se inserta en la ranura del embellecedor situado bajo la lama inferior, y que mejora la unión entre éste y el poyete.

El problema es que la compré de una medida más pequeña que el hueco de la pieza de remate de aluminio, con lo que se sale enseguida. 

Pero cuando la compre de la medida adecuada, basta retirar los topes, el tambucho y recoger toda la persiana. Ya os lo enseñaré. 

Se mete la goma por la ranura, igual que si se tratase de otra lama, y se vuelve a dejar caer la persiana por sus guías.
¡Ya no tenéis excusa para poner a punto vuestras persianas!