miércoles, 24 de agosto de 2016

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Mantenimiento de las Leatherman.
Amig@s:
 
Sabéis que me encantan las multiherramientas Leatherman. 

He acabado haciéndome con una verdadera colección. Pero no son unos simples objetos decorativos, que ya me habéis visto usarlas en multitud de tareas, siendo en ocasiones incluso más efectivas que las herramientas convencionales…

Pero una cuestión que he tocado muy poco es el mantenimiento de estas joyas.

Con un poco de cuidado, y en condiciones normales, se pueden conservar impolutas muchos, pero que muchos años. No es por gusto que el fabricante nos ofrezca una garantía de 25 años… En realidad, la garantía podría ser de 50 años… o de por vida.
 

Yo todavía conservo mi Supertool300, la más veterana de mi colección, como si estuviese recién sacada de su caja cuando la conseguí –y la uso casi a diario, que los post son sólo ejemplos de las cosas que realizo-. Y exactamente igual con todas las demás… Incluso la pequeña Skirt PS4, que es la que siempre llevo encima. 
Realmente es muy sencillo conservar estas herramientas en perfecto estado. La calidad de su acero inoxidable es extraordinaria y sus acabados, insuperables…

Pero, ojo, "acero inoxidable" no quiere decir que no se oxide. En realidad quiere decir “acero resistente a la corrosión”. Cualquier acero inoxidable acabará por oxidarse si está en condiciones adversas y no se cuida debidamente.

Esto es particularmente significativo en ambientes muy húmedos, especialmente en el mar. O cuando está en contacto con tierra o barro.
Muchas personas piensan, efectivamente, que el acero va a mantenerse reluciente hagamos lo que hagamos con la herramienta, ya que asocia inoxidable a “que jamás se oxidará”. Ésta, al tener recovecos, muelles, seguros, etc, irá acumulando la suciedad y el salitre que junto con la humedad –prácticamente permanente- de la zona, terminará por oxidarse.

En realidad es muy, pero que muy sencillo mantener nuestras queridas multiherramientas en perfecto estado y conservarlas así de por vida.
Para el mantenimiento, bastaría mantenerla siempre limpia.

 
 Si se ha mojado en agua de mar o agua con barro o sucia,  deberíamos limpiarla primero con agua limpia. Yo suelo añadirle al agua un poco de jabón de lavar la vajilla. 

No cuesta trabajo ir abriendo y cerrando cada hoja y pasando un cepillo de dientes viejo o que no utilicéis para procurar eliminar los restos sobre todo en las zonas más comprometidas de los ejes y los seguros. 

Si está realmente sucia o ha estado mucho tiempo expuesta al salitre, podéis dejarla un ratito sumergida en el agua jabonosa antes de pasar el cepillo. 
No olvidemos zonas como el interior de las cachas.



Una vez hecho esto, aclaramos con agua sin jabon... Simplemente, repetimos el proceso de pasar el cepillo, pero para retirar cualquier resto de agua jabonosa que haya quedado.
La secamos muy bien con un paño limpio, seco y suave. 

Si estamos en un ambiente frío y/o con humedad ambiental alta, podemos asegurarnos de un correcto secado con un secador de pelo... Pero normalmente con el paño es suficiente. 


Ya seca, podemos añadirle un poco de aceite que proteja el metal de la humedad y el salitre. Lo recomendado es aceite lubricante.

El aceite con teflón que se suele usar para las cadenas de las bicicletas puede ser una opción muy interesante, porque el teflón lubrica y repele la suciedad, facilitando futuras sesiones de mantenimiento… Pero se puede usar perfectamente aceite fino, del usado en máquinas de coser o incluso aceite de silicona, que suele venir en formato aerosol y se aplica rápidamente, dejando una película fina y transparente que se lo pondrá muy difícil al óxido. 

Yo me he decantado por el aceite de silicona por tenerlo a mano. 
Tras aplicar el aceite -haciendo hincapié en las zonas articuladas-, abrimos y cerramos cada hoja para que penetre bien. 

Para garantizar que se forme una película protectora en todas las hojas y no solo en los recovecos y articulaciones, se puede pasar un bastoncillo de algodón, de los usados para la higiene doméstica, humedecido en el mismo aceite. 
Así incluso, podemos aprovechar la mayor parte del aceite que rebose. 
Finalmente, pasamos un papel o paño para retirar el exceso… ¡Y ya tenemos la herramienta lista!

Es un proceso, que parece largo y tedioso. 
En realidad se tarda mucho más en decirlo que en hacerlo. Y para mí, es muy gratificante, porque sé que le estoy dando vida a la multiherramienta.
En cinco minutos podéis dejar vuestra herramienta limpia, impoluta y protegida del salitre y suciedad que son suceptibles de estropear vuestra querida herramienta.


Si ya es demasiado tarde para vosotr@s y vuestra multiherramienta presenta signos de óxido, se pueden hacer aún varias cosas: con mucha delicadeza, pasar una lija al agua fina en la zona donde haya óxido. Mojar esta zona con vinagre, ya que este producto ha demostrado cierta eficacia en eliminar el óxido, y quizá algún producto específico…

Pero sin duda lo mejor es evitar el óxido. Si el óxido alcanza cierto grado, afectará al funcionamiento de la multiherramienta convirtiéndola en algo inservible, pues puede llegar al punto que no podamos abrir las hojas o que se malogren sus funciones, como el eficaz seguro que presentas las hojas y que garantizan nuestra seguridad.
Las multiherramientas nos dan la posibilidad de hacer una enorme cantidad de tareas. Realmente, se hacen querer. No es mucho pedir darles a cambio un poco de cuidado de vez en cuando. 
Es tan sencillo que me resulta realmente doloroso ver herramientas que están gravemente deterioradas por negarles un mínimo de mantenimiento, a sabiendas que en zonas costeras o haciéndolas trabajar con suciedad, corren este peligro, como cualquier acero inoxidable.

De hecho, alguno pensará: "dejo mi herramienta a la intemperie y cuando se oxide que me la cambien por una nueva, que para eso la cubre una garantía de 25 años". 

Lo cierto es que la garantía cubre defectos de la herramienta, que como cualquier cosa hecha por humanos, puede presentar alguna falla... Pero no cubre los malos tratos que le demos. El mal uso que hagamos de estas herramientas es algo que es responsabilidad nuestra, no de la herramienta ni del fabricante.

Por otra parte, son herramientas robustas, fiables y con las que podemos realizar infinidad de tareas... Pero, insisto, como herramientas que son, debemos darles un uso adecuado al que están destinadas y el cuidado necesario para su conservación, como cualquier otra herramienta del taller... 
A nadie se le ocurre (o eso espero) usar su formón favorito para usarlo como cincel para hacer una arrebola en la pared, o usar un móvil como martillo... De igual modo hay que darle a las herramientas Leatherman un uso adecuado... Y nos durarán toda la vida.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Cierre de ventana antiguo roto, Quitar tornillos viejos, Reparar cierre de ventana de madera, cierre de ventana de madera,



Reparar cierre de ventana antiguo. Aflojar tornillos antiguos.
 
Amig@s:
Es un hecho que las ventanas ya se instalan, en su inmensa mayoría, de materiales modernos: Aluminio, PVC...

Yo, de hecho, ya tengo todas las ventanas de mi casa en aluminio. Es un material limpio, duradero y no hay que pintarlo. Bueno… No todas, me queda la ventana de la cocina, que es de madera y me resisto a cambiarla. No sé  por qué, pero me gusta.


Pero, precisamente ahora que estoy aprovechando para dar un repaso de pintura en la casa y acababa de pintar la ventana de madera –llevaba años sin mantenimiento y pedía a gritos pintura-, se ha roto el cierre.
El mecanismo del cierre era un misterio para mí. Así que voy a aprovechar para ver cómo funciona y, de paso, a mostraros como retirar unos tornillos antiguos totalmente cubiertos de pintura y engarrotados –llevan ahí 50 años sin aflojarlos y recibiendo manos de pintura-

El mecanismo en cuestión es una manivela que al rotarla, mueve dos varillas. 
 
 
Los extremos de estas varillas, se encastran en unas piezas situadas  en la parte superior e inferior, en el marco, logrando un cierre muy bueno.

Para cerrar, se gira en sentido contrario y  las varillas vuelven a entrar en los huecos de las piezas del marco.

Pero, tras años de uso, al girar la manivela o pomo, una de las varillas no se ha movido. También se aprecia mucha holgura en el pomo. Ha llegado la hora de desvelar los misterios de este sistema.
Empezamos por retirar la pintura que cubre los tornillos. Como éstos son para destornillador plano, también hemos de hacer hincapié en la ranura de la cabeza.
Para esta tarea, empecé usando el destornillador fino de mi Leatherman Supertool300. Basta aplicar un poco de presión sobre la cabeza del tornillo y enseguida empezará a saltar la pintura. 

Hemos de procurar dejar toda la cabeza sin pintura. 
Después con una esquina del destornillador hacemos lo propio en la ranura de la cabeza del tornillo.

En realidad, se hace bastante rápido.


El inconveniente de estos tornillos antiguos, es que la ranura es demasiado estrecha para la longitud que tienen, con lo que si usamos un destornillador de la medida adecuada, no entrará en la ranura. Pero si usamos un destornillador pequeño, como el que he usado para raspar la pintura, corremos el riesgo de malograr el tornillo o incluso el destornillador. 
 

Así que dejo de lado mi Supertool 300 y paso a usar mi Charge TTi, que tiene un sistema de puntas intercambiables -Igualmente, hubiera servido mi Surge, mi Tread o mi más reciente adquisición, la Signal (de la cual ya os hablaré)-. Y la plana es, justamente algo más delgada que las puntas de mi Supertool, lo que la hace perfecta. 
De hecho, a lo largo del proceso, acabé usando también esta punta para limpiar la pintura de las cabezas.

La mayor precaución que hemos de tener en este proceso de limpieza de la cabeza, es controlar muy bien la fuerza para evitar que se nos escape el destornillador y termine arañando la ventana o incluso lesionándonos. 
Hay que procurar trabajar siempre evitando poner una mano o los dedos delante de la punta del destornillador cuando estamos presionando.
Una vez limpia la cabeza del tornillo y su ranura, basta encajar bien la punta del destornillador de la multiherramienta en la ranura del tornillo y girar con firmeza. 
Lo más difícil es justamente el primer cuarto de vuelta, que es cuando se desengarrota el tornillo. Pasado este punto, ya sale fácilmente.
 
Hacemos lo mismo con los cuatro tornillos que fijan la pieza central del cierre, la del pomo. 
 

Y ésta pieza queda ya liberada… ¡Liberando también un montón de óxido que tenía en su interior! Bueno, como estamos con la pintura a mano, después limpiaremos y pintaremos.

Ahora se ve claramente el funcionamiento del mecanismo y la causa de la rotura.

El mecanismo consiste en una rueda dentada o engranaje que va comunicado directamente con el eje del pomo.

A cada lado del engranaje, van dos pletinas metálicas dentadas por el lado del engranaje central y con un saliente o tetón en el extremo, que encaja con un orificio que tiene cada varilla en el extremo.


Al girar el pomo, la rueda dentada imprime un movimiento a las pletinas y éstas lo transmiten a las varillas, logrando el cierre o la apertura de la ventana.
Pero, También hay una especie de arandela que está suelta. Esta arandela va fijada al eje, logrando que el engranaje permanezca pegado al fondo, sin movimientos de vaivén. 

Imagino que esta arandela iría remachada o soldada con el eje y con el tiempo y el óxido se ha soltado, con lo que el engranaje se ha salido de su sitio y por eso dejó de engranar con las pletinas dentadas.

Manipulando un poco la arandela, logro meterla otra vez en el eje. Queda encajada, aunque no me convence. 

Con el tiempo, daré un punto de soldadura para fijar la arandela al eje, o bien usar un adhesivo que dé resistencia a la unión de las dos piezas… 

Pero de momento, ya conozco la causa de la avería y su reparación. Si vuelve a salirse la arandela, haré un vídeo con la reparación completa. De momento, si no manipulamos indebidamente el pomo, no debería dar problema.

Vuelvo a montar. Desgraciadamente, el óxido del interior ha dejado huella por la parte de afuera. Como dije antes, no pasa nada, limpiaremos y pintaremos si es necesario. 


En principio, he dejado los tornillos originales… Si a vosotros os pasa algo similar y las cabezas están deterioradas, o sencillamente queréis poner unos tirafondos modernos, bastaría con meter una astilla encolada en cada orificio –caso que el tirafondo sea más pequeño o fino que el tornillo original y poner el tirafondo encima.
En cualquier caso, si vosotr@s tenéis un sistema de cierre similar a éste, ya sabéis cómo funciona y, si se os estropea, ya sabéis que tiene arreglo ¡No hace falta cambiar toda la ventana!


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jueves, 4 de agosto de 2016

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QUITAR CALAPIES DE BICI
Amig@s: Un familiar se ha comprado una bici nueva. Muy chula. Muchas velocidades. Ligera… Pero lleva incorporados unos semi calapies. Esto, para una persona que los busque y le vengan bien es perfecto… Pero no tanto para quien está acostumbrado a marchar con pedales convencionales sin calado. Puede llegar a ser engorroso y hasta peligroso.


Así que vamos a proceder a retirarlos. Es un proceso totalmente reversible. De modo que si cambiamos de idea y queremos ponerlos de nuevo, se hace en pocos minutos.

Lo primero que intenté fue aflojar las tuercas que se ven en la parte interna de los pedales. Usé los alicates de mi Leatherman Surge… Y casi lo logré con una, pues la dejé enrasada con el perno. Pero no terminaba de salir. La otra tuerca, ni eso. Giraba todo el conjunto de tuerca y perno. 


De modo que tuve que buscar otra manera… y si no se puede hacer por un lado, forzosamente tiene que hacerse por el opuesto, donde está el reflectante.

Así que examiné el reflectante del pedal y vi que estaba fijado con unas pestañas.
 

 
Con un destornillador plano y fino de mi Leatherman Tread, apalanqué  para apartar la pestaña a la vez que trataba de sacar el reflectante. Éste subió un poco, pero no terminó de salir. 
 
Así que le metí la punta de la hoja de corte de mi Surge... ¡Y listo! El reflectante salió sin dificultad.

 
Ahora ya vemos las cabezas de los tornillos. De modo que basta sujetar la tuerca con los alicates; y con el destornillador de estrella de mi Tread, quito los tornillos en un momento.

Ya sale la pieza porta reflectante, y el calapies. 
 
Sólo resta montar de nuevo el porta reflectante atornillando los tornillos. Las tuercas tienen unas pestañas –colocadas hacia la pieza donde se atornilla- con el objeto de que se queden fijas mientras atornillamos por la parte opuesta, la cabeza. 
Damos un apretón firme y ya podemos meter a presión el reflectante.
Hacemos lo mismo con el otro pedal… Y en cinco minutos hemos retirado el accesorio de la bici.
La única dificultad está en darse cuenta que hay que retirar el reflectante para acceder a los tornillos… Por lo que si vosotr@s teneis un caso similar, ya tenéis la solución.

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