miércoles, 20 de diciembre de 2017

Pintar piezas metálicas, restaurar moto,




Amig@s: Ya sabéis que estoy restaurando mi moto. 
Los años no pasan en balde y las piezas van sufriendo pequeños arañazos y roces que con el tiempo se convierten en zonas oxidadas. 
Si no tratamos estas piezas de hierro, acabarán perdiendo su funcionalidad.


Para pintar estas piezas he usado una pintura de calidad que se puede aplicar incluso sobre el óxido. Aunque lo recomendable es dar primero un convertidor de óxido y/o imprimación.

Lo cierto es que no lograba con la brocha un buen acabado, ya que la pintura al ser espesa y tener un secado muy rápido, se quedaba con las marcas de las cerdas. 
Probé a diluir la pintura… Pero aún así quedaban rayas y por mucho que peinase la pintura (dar con suavidad en sentido transversal a la pasada anterior), el resultado era malo.


Recordé que, en alguna ocasión que tenía el mismo problema con el barnizado de la madera, usaba muñequillas caseras en vez de paletina. 
Las hacía con un palito de los usados para elaborar los pinchitos morunos o brochetas, cubría con una bolita de algodón el extremo y lo cubría con tela. Finalmente, ataba con hilo la tela y cortaba el sobrante. 

Daba muy buen acabado, aunque en este caso necesitamos más precisión para entrar en las esquinas y recovecos.
 
Así que he tirado de la imaginación y los recursos… y he pensado que podría hacer algo similar con un material que ya he usado otras veces para otros menesteres: espuma de las que se encuentran en los embalajes. Tambien he usado un retal de tela de una camiseta vieja, alambre y cinta de celofán.
 
Con la cuchilla de mi Leatherman Surge he cortado un cuadrado de este material, he doblado un alambre por la mitad y lo he retorcido un poco para darle forma. 
He clavado las dos puntas del alambre en la espuma… y ya está la muñequilla lista.

Problemas: 
Que en cuanto empezamos a pintar el alambre termina de atravesar la espuma y tenemos que estar continuamente sujetando la espuma para evitarlo. 
En segundo lugar, la espuma es ligeramente rugosa y, aunque mejora el acabado respecto a la paletina, sigue dejando marcas.
 
Así que he dado con la solución perfecta: hacer algo similar a lo anterior, pero haciendo un doblez extra al alambre con los alicates de mi Surge, que sirva de tope para que no penetre más de la cuenta en la espuma… Y cubrir la espuma con una tela de algodón suave (camiseta, sábana…). 

Para esto, basta rodear la espuma dejando que sobre un poco. Como en principio no es retutilizable, no vamos a esmerarnos mucho en el acabado y con celofán he dado varias vueltas para que conserve la forma. También podéis usar alambre, cuerda, hilo, goma elástica...

Seguidamente, cortamos la tela sobrante con tijeras. 
En mi caso, he vuelto a recurrir a mi Leatherman Surge
 
 
Y para evitar que el sobrante de tela quede tieso, podemos terminar de rematar con un poco más de celofán.

Tras dar una ligera pasada de lija a las piezas, he pasado el invento con pintura ligeramente diluida en disolvente… Una maravilla.
Deja un acabado casi perfecto. 
Además, podemos acceder a los recovecos por la flexibilidad de la espuma; peinar (que en este caso ya no quedan rayas); e incluso añadir en algún punto donde nos hayamos pasado con la lija una capa algo más gruesa de pintura, ya que nos permite aplicar la pintura en capas muy, muy finas o más gruesas, según lo requiera la pieza. 
 
Tanto la espuma como la tela, absorben algo de pintura, con lo que permiten el acabado que deseemos.

Lo realmente importante es dejar inicialmente la pieza sin restos de grasa ni suciedad, y lo más lisa posible antes de pintar. Yo he limpiado con disolvente y dado una pasada de lija, tras la que he pasado un trapo para eliminar el polvo.

Espero os sirva... Voy a dar otra mano.
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lunes, 20 de noviembre de 2017

Pérdida de gasolina entre grifo y depósito, Mi moto pierde gasolina, Junta de grifo de gasolina mal, reparar fuga de gasolina, pérdida de gasolina, cómo solucionar fuga de combustible,



Amig@s: Ya os he mostrado Muchas reparaciones y trucos que le he hecho a mi moto, una Yamaha Sr 250 Special.

Pero desde hacía unas semanas venía arrastrando un problema: perdía gasolina por la unión entre el grifo y el depósito.
 
En mi caso, lleva una junta tórica que es la encargada de impedir que el combustible se filtre hacia el exterior por esa zona…

Pero empecemos por el principio:
Ya os mostré cómo trucar el grifo de la gasolina para anular el sistema de succión. 
Funcionaba perfectamente, pero siempre hay que estar cerrando el paso de la gasolina al parar la moto o corremos el riesgo que si falla la válvula de aguja del carburador y se filtra gasolina por la junta del asiento de la válvula, o se inundan las boyas por un poro; la gasolina no se cortará e irá a parar al filtro del aire e incluso al cárter, diluyendo y estropeando el aceite. 

Como más vale prevenir que curar, opté por reparar el grifo comprando un kit de reparación. Este kit, incluye la junta del grifo con el depósito.

Cambié la membrana del grifo y dejé sin sustituir las demás juntas incluidas en el kit, porque para cambiarlas siempre hay tiempo y las mías parecían estar bien… Pero tras montar el grifo, noté que empezaba a rezumar gasolina.


En estos casos es algo complicado saber exactamente de donde procede la fuga… 
Así que reapreté los tornillos traseros del grifo… y observé que la junta original estaba ligeramente aplastada por un extremo, el más cercano al tornillo trasero del grifo.
No le di mayor importancia y sustituí la junta vieja por la nueva del kit… Para mi sorpresa, salía aún más gasolina.

El olor a gasolina era bastante intenso, lo que indicaba que no se trataba de un ligero rezume, sino de casi un goteo… Así que empecé a preocuparme y devanarme los sesos: que si poner una junta más gruesa, que si calzar la rendija del grifo donde se aloja la junta para que ésta sobresalga más y presione con más firmeza…

Por internet, la búsqueda fue totalmente infructuosa: todos acababan poniendo una capa de masilla para sustituir la junta original. Yo pensé que si el grifo viene así, es porque  ése es el mejor sistema y que lo que debería hacer es tratar de repararlo.

Empecé por lo más básico: quitar el grifo y pasar lana de acero 00 sobre la zona del depósito donde se asienta el grifo. 
A veces un poco de suciedad, o de la misma pintura que se haya saltado por efecto de la gasolina, puede estropear la estanqueidad… Pero seguía rezumando. 

Probé a sustituir los tornillos originales por unos allen con junta de Nylon, tan eficaces como los originales que tienen una junta de cartón (ya había descartado que la pérdida fuese por el grifo o por los tornillos, pero por probar…). Y nada de nada…seguía rezumando gasolina.

También probé a poner un relleno de papel de aluminio en el asiento o ranura de la junta tórica en el grifo, para ver si así ésta se presionaba más y hacía la estanqueidad que debería tener… pero fue aún peor. 

Al principio, bien. Pero tras dar una vuelta en la moto, había casi un goteo de gasolina por la junta. Desmonté otra vez el grifo y vi que por la zona del tornillo de atrás, estaba la junta mucho más hundida…


Esto me terminó de dar la pista definitiva. El problema era que la junta no se presionaba uniformemente y por eso no sellaba bien.

SOLUCIÓN:
Materiales:
Tijeras, Perforadora o troqueladora de papel y Destornillador.
 
La solución sería poner una arandela fina entre el grifo y el depósito para que la junta no se apriete tanto en la zona trasera y selle uniformemente. 
La arandela hace que aumente la distancia entre grifo y depósito (ya que queda entre ambos), haciendo que la junta quede menos aplastada en la zona donde coloquemos la arandela.

 
Probé primero con una arandela de aluminio fina… Fue colocar el depósito… y la poca gasolina que tenía dentro se caía a chorros.

Pero, sabía que la clave estaba ahí… y probé con algo más delgado: una arandela fabricada con cartón de una etiqueta, mucho más delgada que la arandela de aluminio.

Y mano de santo: la fuga se ha cortado radicalmente y no sale ni gota.
Para hacer la arandela, comencé perforando la etiqueta con un sacabocados. Si en vez de este cartón, usáis papel de juntas, puede que os vaya aún mejor…
Seguidamente, vamos perfilando con las tijeras. 
En este caso usé las tijeras de mi Leatherman Surge, que siempre tengo a mano, y hacemos primero un cuadrado alrededor del orificio, procurando cortar siempre a la misma distancia del borde del agujero. 
Seguidamente, cortamos las cuatro esquinas. 
Y continuamos hasta dejarlo todo lo redondeado que queramos por el borde.
 
 
Se monta el grifo con la junta, en este caso con mi Leatherman Rev, o con un destornillador que tengáis a mano… y solucionado.

Igual vuestro depósito está más deformado y necesitáis más de una arandela, No hay problema.

Otra solución sería tratar de enderezar el asiento del grifo, en el depósito, para lograr corregir el desnivel del grifo. 
O incluso poner una capa de resina de la usada para revestir el interior de los depósitos y protegerlos del óxido, y después lijar hasta emparejar. Yo he escogido la solución más sencilla.

Caso que la junta de cartón deje de hacer su trabajo, intentaría hacer una arandela fina de Nylon, fleje de acero u otro material que resista bien la gasolina…

Lo importante es saber dónde está el fallo para poder darle solución…

Y os aseguro que me he hartado de buscar por internet y lo más que lograba encontrar es solucionarlo poniendo capas de productos que sustituían la junta original.

Con mi sistema, seguimos conservando todo como estaba la moto de origen, salvo la arandela añadida.
Espero os sirva.

Y os dejo…¡Voy a dar una vuelta en la moto!

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lunes, 6 de noviembre de 2017

Reparación de objetos de plástico, interruptor de luces roto, rotura de interruptor luces moto,




 
Amig@s: Esta vez no se trata de mi moto de toda la vida… sino de una “hermana adoptiva”, una Sr 250 que estoy restaurando.
Debido al reducido lugar donde trabajo en ella y que le retiré los espejos, golpeé accidentalmente el botón que acciona las luces larga/corta y se rompió. El pulsador -la parte negra- se  cayó al suelo… mal asunto.

Voy a explicaros cómo solucionar este despropósito sin tener que buscar una piña entera para reemplazar la que tiene el interruptor roto. También puede ser de utilidad como idea para reparar piezas de plástico.

MATERIALES.
.Leatherman Surge (o alicates, corta alambre, lima, destornillador, punzón)
.Pegamento epoxi de dos componentes.
.Alambre ACERADO (no uséis uno blandito) y fino.
.Soldador para contactos eléctricos.

Ya con todo preparado, desmontamos la piña para extraer el interruptor en sí y tener toda la pieza afectada a mano (os recuerdo que tiene dos tornillos por abajo para abrirla).
Cuidado, porque hay una chapita muy fina de cobre que va entre la parte superior de la piña (por fuera) ,y el botón que se nos ha partido, que se os puede perder. Hace la función de evitar roces entre el botón y la piña.
 
Ya con la pieza retirada, empezamos retirando el tornillo que tiene la pieza negra y que la une a la pieza transparente (la que se ha roto). 

Asi ya podemos sacar la parte rota (transparente) que ha quedado dentro de la parte negra. 
A continuación limpiamos la pieza rota. Yo lo intenté con un trapo y alcohol de quemar… pero apenas le hizo cosquillas.
Con el punzón de mi Leatherman Surge, rasqué suavemente, y enseguida salió toda la suciedad y el plástico quedó transparente. Muy importante la limpieza a fondo a la hora de pegar…

Seguidamente, podemos ir poniendo una gota de cada componente del pegamento epoxi sobre una superficie desechable. 

No usé una marca cara de adhesivo… Èste me costó un par de euros y sirve para infinidad de veces. 

Muy importante, eso sí, que haya la misma cantidad de cada uno de los dos componentes. 
A veces presionamos un poco más el émbolo de uno de los dos lados y no sale más cantidad de resina o de endurecedor…

Por supuesto, si tenéis un adhesivo específico para plásticos rígidos, puede ser interesante. Personalmente, me gusta el adhesivo epoxi por quedar muy duro, rellenar, ser flexible y endurecer rápido. Aparte de otras características de las que os hablaré en otra entrada.
Aplicamos el producto BIEN MEZCLADO y juntamos las dos piezas. 
Por su pequeño tamaño, con una gota tendremos más que de sobra. 

No añadáis el sobrante por los lados a modo de refuerzo –yo cometí el error de hacerlo- porque ese pivote entra muy justo en la ranura de la piña y si queda más grueso, tendremos que limar todo el sobrante, trabajando innecesariamente quitando lo que antes se puso.

Mientras seca el pegamento, podemos preparar el alambre acerado.
Se trata de un trozo que tenía por el taller dando vueltas y está sucio y oxidado. 
 
Vamos a pasarle la lima por el extremo para limpiarlo. Además, si quedan microestrías producidas por la lima, mejor que mejor, pues facilitará el agarre.
 
Con el corta alambres, cortamos dos trocitos de alambre. Una vez cortado, volví a recortar, ya que la pieza es muy pequeña.

Vamos a fundir estos dos trocitos de alambre sobre la pestaña que se ha partido. Así tendrá un alma metálica que le dará una gran resistencia.
Yo no he esperado a que el pegamento haya secado del todo y he apoyado la pestaña sobre una moneda para que no quede la zona al aire. 
He colocado el alambre encima y con el soldador he calentado el alambre hasta embutirlo totalmente en el plástico. 

He usado un soldador de los instantáneos, los que se pulsan y se calientan enseguida. Mayormente porque no lo uso para electricidad y la rapidez con que se calienta me resulta muy útil. 
Podéis usar uno convencional… Pero os sugiero que lo dediquéis sólo a unir plásticos, pero no para soldar. Se suele estropear la punta. 
Para este fin, podéis usar uno barato de los bazares o usar una punta sólo para estos trabajos y dejar otra para los cables (si tenéis un soldador de puntas intercambiables, claro).

No hay que apretar… simplemente colocamos el soldador caliente sobre el centro del alambre y dejamos que éste coja temperatura. Se hundirá él solo en el plástico. 

Debemos procurar que entre toda su sección bajo la superficie, vamos, que quede totalmente embutido. 

Finalmente, con el soldador podemos recubrir el alambre con el plástico que ha salido al embutir el alambre, derritiéndolo y "untándolo" sobre el alambre. Suena complicado… Pero es muy sencillo en realidad. 
Si no lo habéis hecho nunca, practicad antes en una pieza de deshecho hasta cogerle el punto a la cantidad de calor que tenemos que aplicar.
Yo le he puesto un alambre por cada lado ancho. 

También se podría poner en los cantos e incluso doblar uno o  dos alambres en forma de “U” invertida para reforzar el extremo, que tiene algunas grietas. 
Yo me he limitado a reparar la zona partida, pero se puede reforzar mucho más.

Hice una cosa que NO debemos hacer: para que quedase la pieza partida más fuerte, rebajé un poco el hueco de la pieza negra, para que entrase bien la pieza reparada con su regrueso de refuerzo… después vi que la ranura de la piña no dejaba pasar ningún refuerzo y me tocó volver a rellenar lo que había quitado de la pieza negra con epoxi y retocar con lima.


Lo que sí que tenemos que hacer es limar todo el plástico derretido que ha rebosado al embutir los alambres. Para ello empecé a repasar con la lima de mi Leatherman. Para el acabado, usé unas limas pequeñas diamantadas. 

En mi caso, tuve que limar hasta retirar incluso parte del alambre. Por suerte, es acerado y está incrustado en el plástico, por lo que hace su trabajo.
Una buena cosa es usar la chapita de cobre que os comenté antes para comprobar que el vástago del interruptor entre bien por el orificio de dicha chapa. 
 
Una vez conseguido, debemos limpiar los contactos del interruptor, poner un poco de vaselina o similar para que se desplace el interruptor con más suavidad mientras todo se adapta y cerrar la piña en el manillar. 

Colocamos la pieza negra con su chapita de cobre y atornillamos el tornillo que sujeta esa pieza. Vamos, exactamente lo que hicimos al demontar, pero ya limpiando y lubricando.
 
El interruptor se acciona perfectamente ¡Hemos salvado la piña! Eso sí, puesto que la moto está en proceso de restauración, no he podido probarlo en la calle. Aunque ya os digo, parece que aguanta perfectamente.
Al menos, no cuesta intentarlo. Ya os comentaré si dentro de algún tiempo sigue resistiendo…
Y os dejo… ¡Sigo con la restauración!